Redacción. Imagen: Pablo Eguizabal / Fundación Fernández-Cruz. Madrid
El Premio Nobel de Medicina Joseph L. Goldstein ha dictado en Madrid una conferencia magistral sobre las bases génicas y moleculares de la dislipemia, en la que ha expuesto algunas de sus últimas investigaciones sobre hipercolesterolemia. El profesor también ha recordado las áreas epidemiológica, experimental, génica y terapéutica, que han dado lugar a que la comunidad científica acepte que el colesterol LDL es el factor causal clave que subyace a la patogénesis de la enfermedad coronaria.
Joseph L. Goldstein, durante su ponencia.
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Joseph L. Goldstein ha protagonizado la XXX Lección Memorial Fernández-Cruz, organizada en el Auditorio del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Con este motivo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, le ha entregado la distinción de la Fundación Fernández-Cruz, en un acto al que también ha asistido el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, entre otras personalidades del sector sanitario.
Profesor de Genética Molecular de la Universidad de Texas, Goldstein fue galardonado con el Nobel de Medicina en 1985 por sus trabajos sobre el colesterol y la relación entre el aumento de los niveles de colesterol en sangre y la formación de depósitos grasos vasculares y la arteriosclerosis. Asimismo, y en colaboración con Michael S. Brown, demostró la existencia en la membrana celular de receptores que captan y degradan las LDL plasmáticas.
En su intervención, Goldstein se refirió a cómo los descubrimientos de los receptores de LDL y de su vía de metabolismo (SREBPs) han conducido a una comprensión molecular de cómo las estatinas reducen los niveles de “colesterol malo”. También se refirió al nuevo hallazgo que la proteína PCSK9, como regulador de los receptores de LDL. Los hallazgos permiten adivinar un nuevo futuro para aquellos pacientes con la enfermedad de hipercolesterolemia familiar que sufren de muerte prematura por falta de herramientas eficaces a largo plazo. Además, hipotetizó sobre un nuevo escenario más proclive para combatir la formación de las placas arterioesclerosas.
En su intervención, el Premio Nobel recordó que la Asociación Americana del Corazón recomienda actualmente controlar el nivel de colesterol cada cinco años, a partir de los veinte. Si se detectan altos niveles de “colesterol malo” en la juventud, es fácil controlarlo con cambios en el estilo de vida y, si es necesario, con fármacos. Destacó que la detección y tratamiento precoz es claramente defendible desde la perspectiva de coste-eficacia, y que los niveles ideales son cada vez más bajos según la evidencia científica. Existe, por lo tanto, una gran esperanza de mejorar la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
La mesa presidencial, formada por José Soto (izq.), director del Clínico San Carlos de Madrid; José Luis Álvarez-Sala, decano de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid;Arturo Fernández-Cruz, presidente de la Fundación que lleva sus apellidos; Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid; Manuel Jiménez de Parga, expresidente del Tribunal Constitucional y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de Madrid, y Joaquín Poch, director médico del Clínico.
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La jornada científica conmemorativa de la trigésima Memorial Fernández-Cruz, que se inició con la intervención del Nobel Goldstein y que estuvo dirigida como en anteriores ediciones por el profesor Arturo Fernández-Cruz, jefe del Servicio de Medicina Interna y director del Área de Prevención Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, han participado también prestigiosos especialistas nacionales e internacionales del área de la prevención cardiovascular.
El objetivo fue analizar los avances que permiten aplicar nuevas estrategias en el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular, como los test genéticos o la medición del tamaño de los telomeros, así como la actualización del manejo y prevención de los pacientes de alto riesgo, incidiendo en aquellos que padecen hipertensión arterial, obesidad-diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad vascular o tienen el hábito de fumar.
Las conclusiones convergen en que la identificación temprana de los factores de riesgo que conducen a la arterioesclerosis es el nuevo paradigma en la prevención, y que su implementación no solo salva más vidas, sino que desde el punto de vista de los cuidados de la salud son definitivamente más rentables, como ha comentado el Dr. Fernández-Cruz. La detección temprana consigue un 90 por ciento de supervivencia, mientras que la medicina reactiva y tardía solo alcanza un 10 por ciento de supervivencia. La repercusión en el gasto sanitario es, por lo tanto, muy impactante.
A la izq., Esperanza Aguirre, Joseph Goldstein y Arturo Fernández-Cruz; en la imagen del centro, el Dr. Julián Pérez Villacastín, cardiólogo del Clínico San Carlos y secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC); a la dcha., la presidenta de la Comunidad de Madrid saluda al personal sanitario del hospital.
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